Inconvenientes de comprar un piso
Repasábamos en el artículo anterior las ventajas de comprar un piso en Ontinyent respecto a comprar una casa. Hoy, en este artículo, analizaremos los inconvenientes de comprar un piso y por qué podría ser mejor decidirse por una casa..
Decíamos el otro día que los pisos, a diferencia de lo que sucede con las casas unifamiliares, se rigen por la ley de la propiedad horizontal. Esto implica que no debemos correr con todos los gastos de las zonas “comunes” sino que nos los dividimos entre varios vecinos. Sin embargo, esto supone una pérdida de libertad bastante grande a la hora de decidir cómo cuidar de nuestra casa o, al menos, de las partes comunes de nuestra casa. Así, una junta de vecinos nos puede obligar a gastar más dinero (aprobando una derrama) y, el conjunto de los vecinos, puede decidir cosas con las que no estamos de acuerdo, desde limpiar más veces la escalera (gastando más dinero) hasta no hacer un ascensor cuando sí se puede.
Además, dado que hay que gestionar todo ese aspecto común, lo más normal en las comunidades de vecinos es recurrir a los servicios de un administrador. Esto encarecerá el mantenimiento pues ya sólo con el hecho de contar con un administrador, hay que contar con los honorarios. Además, muchos administradores manejan las comunidades de vecinos en su propio beneficio en lugar de pensar en el interés de los vecinos, pues como sabemos, uno no gestiona tan bien el dinero ajeno como sí gestiona el propio.
Los vecinos pueden ser una fuente de conflicto cuando compramos un piso
Señalábamos en el artículo precedente que los vecinos podían ser una fuente de apoyo de cara a recoger correos y paquetes; pero sin embargo, también pueden ser una fuente de conflicto y, en ocasiones, de conflictos que se enquistan, se eternizan y se agravan en el tiempo. Tener un vecino en el piso de arriba que hace demasiado ruido, o uno en el piso de abajo que se queja de que nosotros lo hacemos, aunque sepamos que no es cierto, son algunas de las experiencias comunes a la mayoría de los propietarios de pisos.
Así, además de todos estos conflictos que pueden surgir en el ámbito de una comunidad de vecinos, hay que destacar que en general los pisos son más pequeños que las casas, por lo que no son tan cómodos ni tan espaciosos y, en ocasiones, podemos tener problemas de espacio no tanto para vivir como sí para almacenar cosas. Garajes, trasteros, jardines… todas estas cosas en un piso no están a la altura de lo que son en una casa.