La realidad viaja a una velocidad y las leyes a otra bien distinta. Y todo lo que sea equilibrar ese desfase debe verse como algo muy positivo.

Y más si hablamos del tema energético. Mientras los gobiernos hablan de abaratar costes y buscar alternativas energéticas, las normativas actuales evitan que se dé prioridad a las energías llamadas verdes.

Si bajamos a lo concreto podemos ver el caso de Ontinyent. En la ciudad la demanda de paneles solares para el autoconsumo se ha disparado pero la normativa impide su instalación en la mayoría de viviendas del diseminado.

Ante esto se ha logrado una decisión unánime de todos los partidos políticos con representación política en el consistorio para solicitar al ente autonómico responsable de la materia la modificación de la ley para que sea más laxa en la autorización de licencias. Básicamente, se pretende eximir la autorización de este tipo de instalaciones de la iniciación de expedientes de minimización de impacto territorial requisito a la que deberían someterse una gran cantidad de viviendas del diseminado que están en suelo no urbanizable.

Se pretende, en definitiva, flexibilizar y facilitar este tipo de instalaciones llamadas a ser una solución para los problemas energéticos que nos abruman y que tienen pinta de ir en aumento.