Ontinyent: ¿Un tejido industrial deshilachado?

Ontinyent: ¿Un tejido industrial deshilachado?.

Ontinyent: La Desindustrialización de un Gigante Textil y el Auge de un Futuro Incierto.


Ontinyent, una ciudad histórica en la provincia de Valencia, ha sido durante décadas un bastión de la industria textil en España. Sus fábricas han tejido más que telas; han tejido una identidad, una comunidad y una economía local fuerte. Sin embargo, en los últimos años, Ontinyent ha visto cómo sus legendarias industrias textiles, que durante generaciones han sido el motor económico de la región, han sido desmanteladas, dejando paso a centros comerciales que, lejos de generar un crecimiento sostenible, están drenando los recursos y las oportunidades de la localidad.


De Fábricas a Centros Comerciales: Un Cambio Desconcertante


Lo que una vez fue un paisaje lleno de chimeneas humeantes y el sonido rítmico de los telares, hoy es un desierto industrial, reemplazado por gigantes de acero y vidrio que albergan tiendas multinacionales. Este cambio, lejos de ser un signo de progreso, representa una herida abierta en el tejido económico y social de Ontinyent.


Las grandes superficies comerciales, que han ocupado los espacios de antiguas fábricas textiles, no son más que espejismos de prosperidad. Aunque prometen empleo y dinamismo, la realidad es mucho más sombría. Los trabajos que ofrecen son, en su mayoría, precarios y de baja cualificación, lejos de los empleos estables y bien remunerados que ofrecían las industrias textiles. Además, las ganancias generadas por estos centros comerciales no se reinvierten en la economía local; se fugan hacia las grandes corporaciones que los gestionan, generalmente con sedes en otras regiones o incluso fuera de España.


La Erosión de la Economía Local y la Pérdida de Identidad


La llegada de estos centros comerciales ha significado la erosión de la economía local. Los pequeños comercios, que durante años han sido el alma de Ontinyent, luchan por sobrevivir frente a la competencia desleal de las grandes cadenas que, con precios bajos y una oferta masiva, atraen a los consumidores pero dejan poco o nada en la economía circular del municipio.


Este fenómeno no solo destruye empleo, sino que también arrasa con la identidad local. Ontinyent ya no es reconocida por sus fábricas, por su tradición textil, por su cultura del esfuerzo y la innovación en un sector que, durante siglos, fue el orgullo de la ciudad. Ahora, el horizonte de la ciudad está marcado por rótulos de franquicias y grandes cadenas, que poco o nada tienen que ver con la historia de la localidad.


El Futuro de Ontinyent: ¿Hacia dónde Vamos?


La pregunta que muchos en Ontinyent se hacen es: ¿hacia dónde vamos? La desindustrialización no solo ha supuesto la pérdida de miles de empleos, sino que también ha dejado un vacío en la comunidad. La falta de proyectos industriales alternativos ha llevado a muchos jóvenes a emigrar en busca de oportunidades, desangrando a una ciudad que envejece rápidamente.


Es hora de que Ontinyent recupere el control de su destino. Las políticas de desarrollo económico deben centrarse en revitalizar la industria local, en fomentar la innovación y en apoyar a los emprendedores que desean mantener viva la tradición textil, pero adaptándola a los nuevos tiempos. Es necesario un modelo económico que priorice el empleo de calidad, que fortalezca el tejido empresarial local y que asegure que los beneficios generados en Ontinyent se queden en Ontinyent.


Conclusión: Un Llamado a la Acción


El futuro de Ontinyent está en juego, y la comunidad debe unirse para defender su economía, su cultura y su identidad. Los centros comerciales no pueden ser el futuro de una ciudad que siempre ha sido un ejemplo de resiliencia y trabajo duro. Es hora de que los habitantes de Ontinyent exijan a sus líderes políticas que favorezcan el desarrollo sostenible y que aseguren que el progreso no se traduzca en la destrucción de todo lo que ha hecho de Ontinyent un lugar único.


No podemos permitir que una ciudad con tanta historia y potencial se convierta en un simple punto más en el mapa de las multinacionales. Ontinyent merece más, y es responsabilidad de todos luchar por un futuro que honre su pasado y construya una prosperidad real para las futuras generaciones.

Salva Palau. Kapitalia Inmobiliaria.



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